Cuando vamos al médico o nos van a hacer una prueba, muchas veces nos piden que firmemos un papel. Ese papel, que a veces se firma sin leer con prisa o con miedo, no es un simple trámite: es el consentimiento informado, y tiene mucho más fondo del que parece.
El consentimiento informado es el derecho que tiene cualquier paciente a recibir información clara, comprensible y suficiente sobre su estado de salud, los tratamientos propuestos, sus riesgos, beneficios y alternativas, antes de aceptar o rechazar cualquier intervención médica. No se trata solo de firmar un documento, sino de entender lo que nos van a hacer y decidir con libertad si lo aceptamos o no.
Este consentimiento debe ser libre, voluntario y, sobre todo, basado en una información completa y comprensible para el paciente, adaptada a su edad, situación y capacidad de entendimiento. No vale con usar tecnicismos ni explicaciones confusas. Si el paciente no entiende lo que le explican, entonces no hay verdadero consentimiento.
En algunos casos, como intervenciones quirúrgicas, procedimientos invasivos o pruebas con riesgos importantes, el consentimiento debe prestarse por escrito, aunque en muchas otras situaciones basta con que sea verbal.
Y algo clave: el paciente puede revocar ese consentimiento en cualquier momento, incluso justo antes de la intervención. El hecho de haber firmado no significa que esté todo dicho.
En nuestra opinión, la práctica, todavía encontramos muchos casos en los que se intenta hacer pasar por «consentimiento informado» un papel estándar entregado deprisa, sin que se haya producido una verdadera conversación con el paciente. Y eso puede tener consecuencias graves. Porque si no hay una explicación adecuada, o si no se respetan los tiempos para que la persona reflexione o pregunte, ese consentimiento puede ser nulo, y abrir la puerta a una reclamación por mala praxis. Como abogados, siempre recomendamos a los pacientes guardar copias de lo que firman y, si tienen dudas, pedir explicaciones, y no tener miedo de decir “necesito pensarlo”.
En definitiva, el consentimiento informado es un derecho, no un favor, y una buena práctica médica empieza por ahí: por hablar claro y respetar la voluntad del paciente.
🔍 Si crees que no te informaron adecuadamente o sospechas que hubo negligencia médica, cuenta con nuestro equipo. Podemos ayudarte a revisar tu caso y valorar una posible reclamación.
#ConsentimientoInformado #DerechosDelPaciente #NegligenciaMédica #MalaPraxis #AbogadaSanitaria #ResponsabilidadMédica #DerechoSanitario #ReclamacionesMédicas #JusticiaParaElPaciente #ConsultaLegal #DespachoDeAbogados